Madrid, la ciudad cateta y Almeida su representante.

LA MASCLETÁ QUE PONE A MADRID A LA CABEZA DE LA CEGUERA MEDIOAMBIENTAL.

Javier Marquerie

Opinión 16/02/24

No ha habido forma. En poco más de 36 horas, uno de los rincones más importantes para las aves madrileñas se verá atacado por el impacto sonoro de 300 kilos de pólvora explotando.

De nada ha servido que la Sociedad Española de Ornitología explicase desde el conocimiento lo que pasará. Tampoco que Ecologistas en Acción se haya manifestado en contra. Y mucho menos, que asociaciones animalistas y vecinales se hayan pronunciado al respecto.

Mientras la alcaldesa de Valencia nos llamaba catetos por no querer llevar la mascletá a un punto caliente de biodiversidad, el alcalde de Madrid volvía a demostrar su cretinismo político, su nulo respeto por el medio ambiente y su inconmensurable capacidad para tener malas ideas. Y, sobre todo, su sordera para escuchar a los ciudadanos.

Almeida nunca corrige o reconduce sus propuestas. Seguirá talando árboles al grito de “Sánchez tiene la culpa”. Y es que a este alcalde se le escapa el orgullo por todos sus poros. Posiblemente sea debido a la presión que le ocasiona el llevar las americanas dos tallas más pequeñas. O quizá sea que tiene una necesidad desmedida por pasar a la historia como Don Eventos y hacer que el calendario madrileño vaya de carrera, en petardada, pasando por cualquier competencia deportiva que rellene la ciudad de visitantes un fin de semana tras otro. Al final echaremos de menos la versión anterior de la misma teoría del turista continuo: “Madrid, las Vegas de Europa”, las Olimpiadas madrileñas o el intento de afanamiento del Mobile World Congress se antojan jugadas maestras en comparación con el abanico de propuestas del actual alcalde.

No sé si él quiere poner la cara sobre la mesa y decir “aquí estoy yo” para ganar peso entre los suyos, si quiere hacerse amigos poco recomendables a base de favores o si es un genio buscando maneras para maltratar a los ciudadanos. Pero de lo que si estoy seguro es que quien lo va a pagar es la fauna que habita en las proximidades de ese puente. Aves residentes que crían ahí, bichos que empezaron a venir desde miles de kilómetros a pasar el invierno y otros que, sencillamente, han encontrado buen refugio en el Manzanares renaturalizado.

Y mientras tanto seguirá nuestro alcalde sin darse cuenta de que no hay nada más cateto hoy en día que maltratar la fauna silvestre, talar árboles y, posiblemente al mismo nivel, importar tradiciones que descontextualizadas no son más que una garrulada sin sentido.

El rio acoge un gran número de aves, especialmente en invierno.

Entre las 140 especies registradas en el Manzanares urbano está la agachadiza chica.

También se dejó ver una esquiva polluela pintoja.

El éxito de la renaturalización del rio se ve amenazado por la gestión descabellada de la alcaldía.