Texto y fotografía
Javier Marquerie.

IIIer FESTIVAL DEL BUITRE DE TUÉJAR.
Los pasados 12, 13 y 14 de septiembre tuvo lugar la tercera edición del Festival de los Buitres. Solo el nombre ya es seductor. Al leerlo, uno puede imaginarse una celebración que convoca a millares de buitres para hacer cosas de buitres. Un poco como Woodstock o el Primavera Sound, pero con plumas y comiendo una selección de entrañas e higadillos ligeramente podridos. Sin embargo, en realidad los animales que se acercan al evento son pajareros deseosos de carroñear buenos momentos.
La sociedad humana persiste en el error de establecer como comienzo del año el insulso 1 de enero. Esa fecha solo es sinónimo de resacas, acidez de estómago y puestas en escena de bailes palaciegos decimonónicos desde la perspectiva de un pastelito de merengue de fresa. Pero en realidad y como es bien sabido, el periodo anual arranca en septiembre. Al fin y al cabo, la sociedad nos inculcó ese calendario desde que se estableció este mes como el indicado para llorar por primera vez a la fría puerta del aula del colegio o, en el caso de los más desafortunados, del parvulario, jardín de infancia o como narices se llame ahora al centro de internamiento para muy menores desacompañados, seis tristes horas al día.
Para el mundo de la observación de fauna y el pajareo en su vertiente más salsera esto también aplica. La temporada de festivales y ferias empieza en septiembre. Y hasta este año el título honorífico al sarao más tempranero recaía en el Delta Birding Festival, grande entre los grandes en la liga ibérica de certámenes de este tipo. Sin embargo, de manera casi insolente y bravucona, en 2025 los más tempraneros han sido los de Tuéjar y su tercera edición del Festival de los buitres.
¿Tiene alguna importancia quien sea el primero? Ninguna. ¿Afecta en algo al contenido de la cita? Tampoco.
Javier Gómez durante la presentación de su último libro.
Lo que sí es importante e influye en todo es el programa del evento y este es uno de los puntos clave de la fiesta valenciana. Y es que Virgilio Beltrán, responsable del niño, se las ha apañado para establecer un programa de actividades y conferencias bien pensado y confeccionado. Tanto es así, que el año pasado ya estuvimos y hemos repetido en esta edición. Diseñado, sin duda, para pajareros -en todas sus modalidades-, tiene sin embargo una clara vocación de promoción, circulando en doble vía. Por un lado, es obvio que uno de los fines principales del certamen es dar a conocer el espacio natural donde se celebra. Y la verdad es que el Alto Turia es sorprendente. Por otro lado, el proyecto de Beltrán transmite la sensación de un claro interés por fomentar la afición al avistamiento de aves. Virgilio es un profesional del turismo ornitológico (su empresa, Numenius, lleva a pequeños grupos a destinos en España, África y América del Sur) y sabe perfectamente cómo hacer para que la gente levante la cabeza para ver bichos. Además, conoce al dedillo el mundo de la feria ornitológica: no hay feria, festival o fiesta importante en el sector en Europa que él no haya visitado o en la que no haya participado. Entiende cuales son los contenidos, las actividades, las ponencias y las formas adecuadas. El resultado es una propuesta igual de buena que otras, pero con unos matices muy importantes que lo hacen diferente: el Festival de los Buitres no ocurre en un solo punto, no está encerrado en las consabidas carpas y no sucede ni de espaldas al pueblo que lo alberga ni a la naturaleza de la que trata.
Por ejemplo, la cita del sábado por la mañana fue en el Azud del río Tuéjar. Un lugar precioso, accesible, fresco y con las infraestructuras necesarias para que los asistentes no echen en falta nada. De ahí parte la excursión guiada por Yanina Maggiotto. ¡Vaya lujo disfrutar de manera gratuita de una de las profesionales más reputadas internacionalmente para dar un paseo de iniciación! Dicho esto, si el fin es lograr nuevos adeptos, el don de gentes de esta mujer la convierten en una elección perfecta.
Allí también se encontraba el puesto de información y venta de Ópticas Roma con un amplio surtido de equipos, aptos para todas las necesidades y límites presupuestarios; desde sencillos binoculares de bolsillo hasta potentes telescopios y sofisticados aparatos de visión nocturna y con el asesoramiento experto y dedicado de personal muy cualificado. Otro nuevo acierto fue que la actividad de anillamiento, llevada a cabo por el Grupo Local de SEO Ardea, tuviese allí la mesa de control de las especies capturadas y que no estuviese cerrada a un grupo limitado.
La proximidad a las aves es siempre atractiva durante las sesiones de anillamiento.
Y por las tardes, en el auditorio.
Abrir las puertas del auditorio de un pueblo de 1233 habitantes para que salga a borbotones la experiencia y el conocimiento de un puñado de pajareros y pajareras es, sobre todo, una preciosa iniciativa. El medio natural es igual de desconocido en el medio urbano que en el medio rural, pero los que habitan este último pueden salir de su casa y darse de bruces con la naturaleza. Así, al público previsible venido desde cualquier parte de la península se suman vecinos que acuden con mayor o menor interés y vienen y van – siempre de forma muy respetuosa- según les haya ido la tarde. De hecho, se reconocían algunas caras de la edición anterior. Así se hace la afición. Poco a poco, insistiendo y ofreciendo cosas interesantes.
Este año por el escenario pasó Juanjo Ramos que ofreció un visionado de su imprescindible Soñando con alas. Documental de 2019 en el que a través de una serie de entrevistas a distintos aficionados y profesionales de la observación de aves se describe este mundo. Desde la sencillez del chaval que empieza, donde lo complicado es ir un poco más lejos para ver una especie nueva, hasta la que ve este mundo como salvavidas al que agarrarse para tener un tramo final de vida lleno de emociones, pasando por aquel cuya vida es ir más allá para ver qué es lo que hay; y por aquel al que la vida le sonrió y vive de ave en ave; o por quien da su vida a las aves y se pregunta ¿qué voy a hacer si no? Cada uno con sus claros y sus oscuros. ¡Es tan fácil verse reflejado en algún momento!
Juanjo Ramos tras la presentación de «Soñando con alas». Cervezas Galana volvió a ofrecer una cata de sus productos: de la comarca, artesanales y muy buenos.
También estuvo Javier Gómez Aoiz, para presentar Un recorrido para conocer la naturaleza de España. Javier es otro de los que sube el caché de cualquier evento pajarero que se precie. Excelente fotógrafo, ahora le escuchamos en Radio del Somormujo. Está implicado en la cara pública del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, es moderador habitual en mesas redondas y debates y su faceta como comunicador es indispensable, aunando conocimiento científico, botas gastadas y buen hablar. Su actividad literaria es prolija y si vas a tu estantería probablemente veas su nombre en más de un lomo. En esta ocasión, presentaba un listado de deseos, un compendio de motivaciones para salir al monte, una pizarra en la que mirar cuánto te queda por ver, el check list definitivo de las cosas peculiares peninsulares: 365 maravillas de la naturaleza que encontrar en España. Animales, vegetales y paisajes (incluida la geología) que bien merecen un fin de semana.
La conferencia de Clara García es una demostración de esa forma de comunicar las investigaciones científicas relacionadas con animales, donde la vinculación personal del individuo analítico se involucra en el devenir del sujeto estudiado. ¿Es al comunicarla o es al hacer la ciencia? Bajo el título La aparición del alimoche en la provincia de Valencia, expuso la situación de la población de esta especie, sus orígenes, sus desplazamientos y costumbres, proporcionando datos sobre hábitos alimentarios, desbaratando el mito sobre el conocimiento innato de la especie a la hora de cascar huevos, ires y venires setimentales y viajeros, y constatando que más allá del Sahara, en invierno, son alimento de humanos. Fue una conferencia en la que los fríos datos estadísticos se mezclaron con detalles casi íntimos que provocaron alguna sonrisa y, en el caso de los más sensibleros, (no es el caso de el que firma, por supuesto) alguna lagrimilla.
Otro clásico del mundo feriante ornitológico se subía al escenario. Él dice que es “profesor y pajarero”. ¿Y el “escritor” dónde está? En su currículo abreviado esencial, Carlos Lozano se olvida de que va por cuatro títulos publicados. De hecho, el párrafo del Pub Pérez que se encuentra más abajo tiene que ver con él y la presentación de Biometría de un encuentro. En ella y con la colaboración de su amigo Juanjo Ramos, capeó el temporal de hablar de un último trabajo, que tan último era que no se había ultimado en la imprenta. El coronel y el mariscal de campo del ejército de los 12 monos chalados demostraron su capacidad para llegar al fin del mundo con su dialéctica, no echándose en falta que el objeto de la cita estaba ausente. Pero unas horas antes, en el auditorio, Carlos, como “pajarero planetario” que dice ser y es de facto, expuso Carroñeros por el mundo.
En una ocasión, Tom Morello, guitarrista de Rage Against the Machine, contestó a un tema sobre el presidente de Estados Unidos de América del Norte en redes con un explicito “F*CK TRUMP”. Inmediatamente, un fan del presidente de color naranja le contestó: “Ya salió otro músico exitoso que se cree experto en política”. Entonces Morello escribió esta gloriosa contestación: «No es necesario ser un graduado con honores en ciencias políticas de la Universidad de Harvard para reconocer la naturaleza poco ética e inhumana de esta administración, pero bueno, resulta que soy un graduado con honores en ciencias políticas de la Universidad de Harvard, así que puedo confirmarlo”. Pues igual. Realmente sólo se puede presentar una conferencia con el título Carroñeros por el mundo y jactarse de ser un auténtico “pajarero planetario” si a continuación puedes permitirte decir: “he visto todos los buitres del mundo, menos uno que es un split posterior que no lo puedo confirmar” y apoyarse en una colección de fotos tomadas en los siete continentes que incluye aves marinas que en el Antártico ocupan ese nicho y varios mamíferos carroñeros. Por supuesto, abriendo grandes avenidas para que la risa fluyese con comodidad.
La gente que desplaza Ópticas Roma es siempre experta y dedicada.
Luego, como en los conciertos de míticos rockeros, José David Muñoz, alma mater de La Radio del Somormujo subió al escenario a varios de los participantes para celebrar un coloquio sobre el pajareo, el impacto social, la conservación y el fomento del ecoturismo.
El mencionado podcast realizó su programa en directo desde allí, hubo actividades paralelas, mesas informativas y puestos donde comprar alguna camiseta. Como gran cierre de fiesta, Carlos de Hita expuso Los sonidos del territorio Birdeo. Resulta raro utilizar el verbo “exponer” cuando se trata de una obra sonora, pero las instalaciones que hace este hombre son auténticas piezas de arte. En esta ocasión, se trató de un paseo sonoro por los paisajes que aborda el proyecto Birdeo y que va desde la costa valenciana hasta las dehesas extremeñas, siguiendo el paralelo 40 y pasando por la serranía de Gredos y la comunidad de Madrid.
Pero hay algo más. Decíamos antes que el Festival de los Buitres de Tuéjar no se desarrolla de espaldas a la población. No es algo que suceda en una campa próxima o en unas instalaciones municipales a la salida de la villa. Ocurre dentro del pueblo. Sí, claro, en el auditorio municipal y en el hotel, pero también pasa en los restaurantes, en la ermita, en el precioso parque del nacimiento del río Tuéjar y en la explanada colindante al frontón bajo la refrescante sombra de los árboles. Y pasa, como remate del imbricar a la gente en el evento y dar la espalda a las conocidas carpas, que la organización propone la presentación de un libro después de cenar y en un bar, concretamente en el Pub Pérez. Juntar una actividad más con la necesidad natural de sociabilizar y relajarse, al tiempo que normalizas la presencia de los elementos más recalcitrantes del pajareo hablando de literatura entre los habituales de la parroquia es sencillamente brillante. A ese saber hacer yo lo llamaría “El toque Beltrán”.
Carlos Lozano, no nuchas personas pueden decir que han visto todas las especies debuitres.
En definitiva, su experiencia, la voluntad de un pueblo, Tuéjar, y un entorno adecuado, han hecho del Festival de los Buitres una cita ineludible y un plan perfecto para un fin de semana pajarero, ya seas novel, avezado o máster en la afición.
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