Todos los profesionales, los naturalistas o simplemente los ciudadanos con un poco de respeto por la fauna hemos tenido que pasar por el trago amargo de encontrarnos un animal muerto, por atropello, en nuestras salidas camperas o en los desplazamientos que hacemos para disfrutar del medio natural, para irnos de vacaciones o visitar a la familia en el pueblo. Generalmente, nos fijamos en los animales grandes como jabalíes, corzos, ciervos, zorros o tejones porque son los que detectamos fácilmente. Sin embargo, es sencillo entender que por cada animal grande que vemos, deben de ser cientos (o miles) los que no detectamos por su pequeño tamaño o el poco tiempo que pasan en la carretera antes de desaparecer.
El problema de los atropellos de fauna
Los impactos que generan las infraestructuras lineales de transporte (I.L.T. en adelante para abreviar) son complejos e incluyen desde cambios en el comportamiento de la fauna frente a las I.L.T. (positivos o negativos) a efecto barrera que condiciona la conexión entre poblaciones o la distribución de las especies. Además, las ILT son la vía de entrada de especies “de borde” en hábitats forestales o incluso la vía de dispersión de especies exóticas invasoras, plantas o animales, a lo largo de las cunetas y márgenes. Todos estos impactos son “grises” y poco evidentes, pero van afectando poco a poco a los hábitats naturales, a las especies que los habitan y a los procesos de conectividad que los unen.
Los atropellos en cambio son el efecto más conocido y llamativo, bien por la mortalidad de especies amenazadas, como el lince ibérico y otros medianos carnívoros, bien por los accidentes que genera la colisión con ungulados silvestres. Todos somos conscientes de haber visto una rapaz nocturna, un erizo, culebras, un jabalí o un corzo muerto por colisión y se sabe que son una amenaza importante para la fauna terrestre. Y no menos importante es la siniestralidad que generan las colisiones con animales grandes (especialmente en el caso de ungulados silvestres como jabalíes, corzos o ciervos). Para complicar más aún el problema, los animales muertos en la calzada o la cuneta atraen a una numerosa comunidad de carroñeros que pueden a su vez ser atropellados cuando acuden a alimentarse. Tenemos todos los ingredientes juntos para generar un problema gordo.
A pesar de la evidente importancia del problema, desconocemos totalmente la magnitud de este. Los estudios que han abordado la problemática son parciales y no aportan estimas ajustadas al impacto que generan los atropellos de fauna.
Por estos motivos, se necesitan datos representativos, bien repartidos por la geografía nacional, que cubran todas las estaciones del año y que permitan valorar adecuadamente el impacto de las infraestructuras de transporte sobre la fauna de vertebrados.
¿Qué podemos hacer?
Lo primero cuando encontramos un animal atropellado es tener precaución con otros vehículos. Nunca parar si ponemos en riesgo la seguridad vial. Si no podemos parar, podemos anotar el punto kilométrico, la especie (si la identificamos) y la hora y fecha; posteriormente, podemos incorporarlo a alguna plataforma de ciencia ciudadana para que el dato no se pierda. Más adelante explicamos un ejemplo.
En caso de especies protegidas o de especies grandes que puedan generar un riesgo para la seguridad vial, conviene llamar al 112. Desde Emergencias se pondrán en contacto con el servicio de mantenimiento de la vía, la empresa concesionaria, el cuerpo de agentes medioambientales o la propia Guardia Civil para que retire el animal, levante acta, si se trata de una especie protegida, y lleve la carcasa al CRAS correspondiente para las necropsias y análisis que sean requeridos. Y para que, en definitiva, no se desperdicie ese material biológico que puede ser muy útil para estudiar muchas especies poco conocidas.
Si podemos parar, es recomendable hacer alguna foto para la identificación, anotar la coordenada y quitar el animal de la calzada dejándolo en la cuneta (de nuevo insistiendo en la seguridad, con chaleco reflectante, que deberíamos llevar siempre en el coche, bici o caminando, si vamos junto a una carretera). Así evitamos el riesgo de una colisión entre coches y buitres, zorros, jabalíes, perros o cualquier animal que vaya a aprovechar la carne del primer animal atropellado..
Recordad que no es buena idea llevarse partes del animal (cráneo, piel, cola, etc.) ya que se requieren permisos de tenencia de restos biológicos, mucho más si se trata de especies cinegéticas o de especies protegidas. Podemos meternos en una buena si nos encuentran con un cráneo de corzo, de búho real o de nutria en el coche, por haber querido añadir algo a la colección de restos de fauna que tenemos en casa, si no contamos con permisos en regla.
Existen proyectos en marcha para conocer la magnitud del problema
Aunque no sea especialmente conocido, lo cierto es que existen proyectos específicos que intentan registrar el impacto de los atropellos sobre la biodiversidad. Lo hacen aprovechando la tecnología como una herramienta, es lo que se conoce como “ciencia ciudadana”. Muchas de las Apps que probablemente conozcas permiten introducir datos de presencia de fauna, en determinados casos, con el dato adicional de si es un animal atropellado. Pero, además, existen proyectos y trabajos específicamente diseñados para la problemática de los atropellos. Por este motivo, vamos a comentar a continuación uno de los principales proyectos específicos de seguimiento del problema: el proyecto SAFE, Stop atropellos de fauna en España (podéis buscar el hashtag #proyectoSAFE en Twitter o Facebook).
El SAFE es una iniciativa promovida por el MITECO, en el marco de los trabajos del GTFHT (Grupo de Trabajo sobre Fragmentación de Hábitat por I.L.T). El proyecto intenta hacer un diagnóstico de mortalidad de fauna en carreteras españolas, con una iniciativa de ciencia ciudadana y un diseño científicamente establecido por la E.B.D-C.S.I.C., que aporta la solidez científica a la estructura?, evaluación y análisis de los trabajos.
Para la realización del proyecto se cuenta con una parte profesional, llevada a cabo por la EBD-CSIC, con la colaboración ciudadana, canalizada mediante las sociedades científicas más directamente implicadas en el problema: La AHE (Asociación Herpetológica Española), la SECEM (Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos, a la cual pertenezco como socio y miembro de la Junta Directiva) y SEO/Birdlife (Sociedad Española de Ornitología).
¿Cómo tomamos los datos y registramos los atropellos?
Fácil: para la toma de datos de forma estandarizada se están usando plataformas de ciencia ciudadana de registro de datos. Desde la SECEM por ejemplo, colaboramos utilizando la plataforma y las Apps de observation.es (descargables a cualquier móvil Android o IOS) con las que ya tenemos amplia experiencia. Por cierto, también mantenemos un portal de datos propio en el que cualquier interesado puede subir información acerca de la distribución de los mamíferos españoles, incluyendo fotos del animal, sus huellas y otros rastros para facilitar la identificación. Y atropellos puntuales, que no están dentro de un transecto, pero aportan mucha información acerca de la distribución de algunas especies, las épocas en las que más se mueven y muchas más cosas.
Si os interesa echar un vistazo podéis consultarlo aquí.
Adicionalmente, el portal de observation.es cuenta con una App de identificación de fauna y flora basada en inteligencia artificial, denominada ObsIdentify, que es realmente interesante para iniciarse en el estudio de otros grupos faunísticos con los que estemos menos familiarizados. En este enlace podéis descargar cualquiera de las Apps para “cacharrear” y aprender con ellas.
Incluso los menos amigos de la tecnología móvil pueden participar, anotando los datos y posteriormente introduciéndolos en la plataforma desde un ordenador en casa. En este caso, sí sería recomendable utilizar un GPS para poder referenciar correctamente los atropellos detectados con el punto exacto
Hay que recordar que en cualquiera de las modalidades de participación voluntaria (en bicicleta, a pie o en automóvil) el proyecto SAFE tendrá especialmente en cuenta la seguridad de las personas que realicen el trabajo y de las que circulen por las vías. La acumulación de informaciónn de múltiples itinerarios fijos, recorridos en repetidas ocasiones y distribuidos por todo el territorio español, proporcionará una oportunidad única para cuantificar la mortalidad de fauna por atropellos en el país, evaluar qué especies se ven más afectadas por esta problemática y conocer qué factores (qué tipos de hábitats y vías, qué épocas del año) influyen en que se atropellen más o menos animales.
Además, la visión de la iniciativa es que se mantengan las visitas a los itinerarios más allá del final del proyecto, de forma que nuevas personas voluntarias se incorporen con itinerarios adicionales, dando lugar a una red de seguimiento de los atropellos de fauna, basada en ciencia ciudadana.
¿Qué pasa con esos datos? ¿Quién puede usarlos o para qué se utilizarán? ¿Cómo se garantiza la seguridad de las especies protegidas o amenazadas?
Son preguntas que nos hacemos continuamente. Y es fácil de responder: los datos se guardan en un repositorio público ligado al Banco de Datos de la Naturaleza del MITECO. Así se garantizan la transparencia y la custodia, para que puedan ser utilizados en trabajos para la conservación de la biodiversidad.
Adicionalmente, los datos almacenados en la plataforma de observation.org (que es de tipo open access) también están bajo el paraguas de una institución pública sin ánimo de lucro (una fundación) y las especies protegidas o amenazadas se mantienen siempre con la localización oculta, salvo en el caso de que se cedan para la realización de tesis o estudios de conservación.
Así que toda la información generada por el proyecto SAFE quedará almacenada en repositorios públicos, por lo que será utilizable de forma permanente para investigaciones, gestión de carreteras, identificación de problemas de conservación de especies o para cualquier otro uso.
¿Como se puede colaborar en el proyecto?
Si te apetece y te animas, puedes colaborar. Es muy fácil y no se requiere ser socio de ninguna sociedad científica ni experto en fauna, ya que el proyecto cuenta con una serie de revisores expertos que ayudan a identificar las especies detectadas cuando hay alguna duda. Solo es necesario tener ganas y dedicar algo de tiempo, una vez al mes, a realizar un itinerario (preferentemente en bicicleta o a pie) cerca de tu casa o de tu segunda residencia, los fines de semana. Si te apuntas a colaborar, puedes contactar con cualquiera de las sociedades científicas involucradas en el proyecto. Si conoces la SECEM o quieres contactar con nosotros, puedes escribirnos a safe@secem.es para que resolvamos tus dudas, apuntarte al #proyectoSAFE y comenzar a aportar datos de la zona por la que te muevas habitualmente.
A tener en cuenta para participar:
– El esfuerzo es pequeño: se solicita a los voluntarios que elijan un itinerario, que deberá ser realizado, idealmente, en bicicleta o andando; si no es posible, también podría realizarse en coche.
– Cada itinerario se repite una vez al mes, como mínimo. Si se pueden hacer más repeticiones mejora la calidad de los datos. Personalmente, intento hacer dos repeticiones al mes, que en algún caso han llegado a ser cuatro o seis, en verano.
La longitud mínima ideal del itinerario sería aproximadamente de:
– 3-5 kms. caminando (un paseo corto que puede hacerse sin problema, disfrutando del sol y del aire)
– 12 kms. en bicicleta (una hora aproximadamente)
– >20 kms. en coche (siempre realizado con copiloto, que es el encargado de anotar, por seguridad)
En cada recorrido se apuntan los vertebrados terrestres detectados que hayan muerto por atropello, bien en la calzada o en la cuneta cercana. Por este motivo, es recomendable hacer los recorridos a baja velocidad y muy atentos. Es muy adecuado hacer fotografías de cada registro para ayudar a tener una identificación validada por el panel de expertos de observation.es. Así que, si no sabes identificar una especie no te preocupes: ¡tendrás ayuda!
De nuevo insistiremos en que la prudencia y la seguridad son fundamentales. El uso de chaleco reflectante y luces de señalización, en la mochila o en la bicicleta, es vital para evitar riesgos, así como estar cubierto por un seguro. De estas cuestiones logísticas se ocupan las sociedades de conservación que participan en el proyecto.
En caso de detectarse animales muertos en la vía, deben ser retirados (siempre con toda la prudencia y únicamente cuando sea posible, sin riesgo) hacia la cuneta, para evitar atropellos por carroñeo y conteos repetidos, si sigue habiendo restos del animal en la calzada en el itinerario siguiente.
Más información general del proyecto
SAFE Stop atropellos de fauna
Proyecto SAFE: evaluando la mortalidad de fauna por atropello.
Si lo que quieres es comenzar ya a colaborar, puedes seguir los enlaces siguientes para consultar instrucciones detalladas y de uso de la plataforma de ciencia ciudadana Observation.es con sus respectivas Apps en Android y en iOS. Recuerda escribir antes a alguna de las SS.CC. para arreglar los temas del seguro y para recibir tu chaleco y las luces de señalización.
Más información general del proyecto
1. Tutorial 1 SAFE. Date de alta en
2. Tutorial 2 SAFE. Haz un itinerario
3. Tutorial 3 SAFE. Vincula tus datos a SAFE